3 de noviembre de 2008

Hola

Hola, me gustaría saber de ti, ayer pasé por donde vivías y vinieron a mi muchos sentimientos, cogí el móvil varias veces con la intención de llamarte... llamada perdida, pero el temor y el orgullo se confabularon para que eso no sucediera y el móvil regresara a su lugar... llamada perdida.

Luego... unas copas, comida mexicana y baile para tratar de dar optimismo a la vida.

Para que sepas de mi, el frío ya se asoma y en esta ocasión me ha tomado desprevenido y muy débil, no quiero salir de la cama ni ducharme, sabes que soy un animal del trópico. Algo curioso que me está sucediéndo es que estoy pasando exactamente por los mismos lugares que hace dos años frecuentaba cuando vine a España, como si la vida fuera un círculo, qué extraño y místico ¿no? Espero poder encontrar a una chica como tú.

Te echo de menos, te admiro, quisiera estar a tu lado, escuchar tu voz, sentirte cerca, sentir tu piel, tu silencio, tu mirada, tu olor, tu calor, tu respiración, tu comprensión, pero tengo muy claro que una cosa es mi deseo y otra es lo que pueda ser (distancia, llegaste en un momento inoportuno), a pesar de todo le doy gracias a Dios por haberte conocido y mis gracias están justificadas, ¡mira lo que has dejado en mi! eso es vida, sería lamentable pasar por esta vida sin tener esas vivencias que estremecen tu cuerpo, tus pensamientos, tu corazón, eso es vivir y aunque no estés a mi lado, mientras vida tenga, ocuparás un lugar privilegiado en mi mente.

Te quiero mucho.

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