Finalizando el año escolar 2008-2009, he querido ponerme manos a la obra poniendo en práctica mis conocimientos de mediación de conflictos. Para ello me he incorporado al trabajo que vienen realizando un grupo de jóvenes mediadores en un barrio de la Comunidad de Madrid. Antes de ponernos a hacer mediaciones, reflexionamos sobre el concepto de mediación para unificar criterios sobre las intervenciones que queremos realizar. Los días pasan y no logramos llegar a un acuerdo que satisfaga por lo menos a mí sobre lo que sería realmente la mediación comunitaria, unos hablan de salir al encuentro de los vecinos que tienen conflictos, otros como yo más partidarios a que la iniciativa parta de ellos, unos hablan sobre dar informaciones adicional y otros como yo lo pone en tela de juicio.
Múltiples factores inciden en diversas interpretaciones de la tarea del mediador, inclusive dentro de las comunidades de mediadores de conflictos hay discusiones constantes sobre los límites y funciones, estilos de mediación. El carácter flexible y la misma humanidad de la mediación permite cierta apertura de la misión de la mediación, y podrás encontrarte con mediadores que prescinden de ciertas características de la mediación de conflictos, ya sea la voluntariedad, el no dar consejos, no dar opiniones, la confidencialidad, el no dar sugerencias, etc. actuando conforme a la satisfacción de los intereses y necesidades de las personas que tienen en frente.
A pesar de esta continua discusión y constantes reformulaciones de la Mediación de Conflictos, hay un aspecto que en el que todos estamos de acuerdo; la mediación de conflicto tiene que tener identidad propia y sería conveniente no abarcar tanto que luego no pueda apretar lo necesario.
Los límites son buenos y más sabio es aquel que conoce sus límites y decide derivar a un especilialista formando para esos casos donde el mediador no juega ningún papel.
Es importante también, hacer distinción entre terapia y mediación. La mediación se creó para llegar a acuerdos satisfactorios que por añadidura implicaría una mejora en la relación, sin embargo, no está encaminadad exclusivamente a mejorar la convivencia entre las personas, de eso se encarga el terapeuta familiar, por ejemplo.
La mediación de conflictos no es mediación social. La mediación social está para ofrecer información y asesoramiento sobre los recursos sociales ante la demanda de los ciudadanos.
Tener las ideas claras sobre la función a desempeñar, nos asegurará un resultado favorable y con esto no quiero decir que yo tenga la única verdad, solo pretendo incentivar en ti la necesidad de saber hasta donde debes llegar y hasta dónde no debes llegar. Si lo tienes más claro que el agua, adelante.
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