La resolución de los conflictos depende mucho de los estilos que asumimos a la hora de abordar el conflicto. El abordarlo incorrectamente hace que convirtamos los conflictos en un círculo que constantemente se repite. Esas actitudes tienen origen en distintas fuentes:
- Los mensajes que hemos recibido en la infancia sobre los conflictos.
- Los modelos de conducta de padre, profesores y amigos.
- Las actitudes y conductas vistas en medios de comunicación (tv, películas, etc.).
- Nuestras propias experiencias con los conflictos.
Los distintos estilos a la hora de abordar los conflictos son los siguientes:
- Evitación: Buscamos tomar distancia del conflicto, aminorar su impacto en nuestra vida, minimizar su importancia y eliminarlo de nuestro pensamiento.
- Negación: Es una forma muy común que utiliza la gente para evitar el conflicto, cuando negamos que estamos enfadados o heridos, en lugar de expresarlo, escogemos tragarnos estas reacciones y sentimientos. Aunque podemos aparentar que el conflicto no nos afecta, la negación a menudo nos crea sentimientos de mayor enfado, frustración, dolor y resentimiento.
- Acomodación: Los que se acomodan son aquellos que siente que estar de acuerdo es más fácil que no estarlo. Cuando experimentamos un conflicto, a la hora de actuar, estos sujetos rápidamente se ponen en marcha para simular que la situación no es tan importante o difícil.
- Competición: En esta situación lo importante son mis objetivos, mis intereses; da igual que para conseguirlos tenga que pasar por encima del otro. Una persona que confronta el conflicto tiende a verlo como un asunto de "perdida-ganancia". Creyendo que una persona está en lo cierto y la otra está equivocada, los sujetos enfrentados se hallan determinados a ganar probando que tienen la razón.
- Uso de poder: Las amenazas basadas en la autoridad o en el poder son muy comunes en las relaciones entre hermanos mayores y pequeños, padres e hijos, profesores y estudiantes.
- Colaboración: En lugar de asumir al principio que tendrá que ser perdido, el colaborador intenta estudiar con la otra persona, cómo las necesidades de ambos pueden ser satisfechas. En asumido que a menudo es posible encontrar una solución ganar/ganar en la que ninguna parte pierda.
Cuando discutimos o negociamos, cada parte pude ver únicamente las circunstancias de su caso y, también únicamente las faltas de la otra persona. No es suficiente con saber que los demás ven las cosas de forma distinta. Si queremos influir en los demás necesitamos reconocer empáticamente el poder de su punto de vista y sentir la fuerza emocional con que la otra persona cree.
Cada uno de nosotros tiene preferencia por un estilo determinado a la hora de vivir un conflicto, sin embargo, el ser humano se caracteriza por tener distintas personalidades que varían de acuerdo al ambiente en el cual se encuentre, o sea, el ser humano no es un estilo puro
Ejemplo: No somos los mismos cuando estamos con nuestros padres, amigos, novia/o, hijos, jefes, dando una charla, etc.
Espero que le haya servido de ayuda!
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