
Días atrás estaba inmerso en una discusión con mi compañero de piso peruano, que por cuestión sólo de forma ya que en el fondo estábamos totalmente de acuerdo, convirtió dicho encuentro en un espacio de mucha tensión donde los decibelios estaban en su punto máximo.
Es curioso que yo siendo mediador de conflictos, los conflictos y las emociones obnubilen mi capacidad de razonamiento y deje atrás todas las horas de estudios sobre la resolución de conflictos.
"En casa de herrero cuchillo de palo". Cuando estamos involucrados emocionalmente la tarea se convierte en una gran lucha interna entre lo que siento y lo que pienso.
La resolución de conflictos implica un estilo correcto de comunicación, y el problema radica en que normalmente no nos comunicamos correctamente con los demás. Al tratar de profundizar en los intereses reales de las personas (como dice el libro) y promover un estilo correcto de comunicación, normalmente las personas tratan de no ser influidas y si no estás convencido de lo que quieres obtener, la otra persona te llevará a su terreno, que no es desconocido para ti porque siempre te has comunicado de la misma forma.
Mi consejo ante esta situación es no sentirse defraudado y no ceder ante la presión o amenazas, ni siquiera para mejorar una relación, no ceder cuando no existe ninguna justificación lógica, acuérdate que es una relación ganador/ganador.
"Evite juzgar o combatir sus motivaciones. En lugar de ello, explique sus percepciones y sentimientos y pregúnteles sobre los suyos. Niéguese a ceder a tácticas de presión. Formule su discurso mirando hacia delante y no hacia atrás, y opere en la presunción de que, la otra parte puede no tener la intención de ocasionar todas las consecuencias que usted experimenta" (Extraído de: Obtenga el Sí).
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