29 de agosto de 2010

Carta a un amigo



Hola amigo,

El problema es acuciante, te sorprenderías el desorden, libertinaje, el "ruido" que es provocado tanto por los negocios que impunemente funcionan perjudicando la salud de los vecinos, (en mi caso, Villa Consuelo) como por los carros con bocinas que martillan los oídos e inclusive, algunos vecinos con bocinas en las puertas de sus casa promoviendo un auténtico desorden, falta de respeto, desobediencia civil, desplazando los agentes del orden, lesionando gravemente los derechos ciudadanos.

Las consecuencias son increíblemente negativas. Estudios realizado en Málaga por Martimportugués, et al. (2003) sobre el ruido comunitario, indican que las personas que son expuestas a constantes ruidos y situaciones estresantes, se observa un incremento de la agresividad, déficit de atención, problemas auditivos, odio a los factores causantes de dicho estrés y un gran descontento e indiferencia por su entorno social.

Las personas de bajo rendimiento socio-cultural, no defiende sus derechos, no tienen poder, carecen de las herramientas personales e intelectuales para producir cambios en sus entornos, para exigir a las autoridades. No se atreven, el miedo y la ignorancia les atan.

Este último año estuve realizando un máster en la Universidad Autónoma de Madrid. Es increíble lo mal parada que queda República Dominicana en cuestión de calidad educativa. Si seguimos como vamos: unos pocos avanzarán y la inmensa mayoría seguirá siendo excluida, pobre y maltratada.

La actual situación de desorden, de impunidad, de injusticia social, fiesta las 24 horas del día, los ruidos, las familias disfuncionales, son factores que perpetúan la exclusión y la pobreza. En tal sentido, creo que hay dos caminos en los cuales se debe transitar:

1. Educar a los ciudadanos de los barrios populares, realizando campaña de educación sobre los derechos y deberes ciudadanos (tengo varias ideas interesantes).

2. Presionar a las autoridades por los medios de comunicación para que cumplan su trabajo con diligencia.

En estos días he estado visitando algunas casas de las familias afectadas, todos coinciden en que esto debe parar. El martes pasado llevé a la Procuraduría de Medio Ambiente una denuncia (con 25 firmas de los vecinos) a un local que está muy cerca de mi casa.

Tenemos que movernos YA!

Hazte oír dominicano, que tu voz vale!

Muévete!

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